
Le monde est en feu (“Estase ardiendo el mundo”) representa los dos últimos años de Edith Stein, exiliada en Echt 1940-1942.
A lo largo de 3 jornadas, el drama nos lleva al corazón de la vida interior de la carmelita, cuando los acontecimientos se precipitan: la invasión de Holanda, las declaraciones de los obispos, el intento frustrado de exilio a Suiza …
Misterio de Edith Stein: frente a la opresión abrumadora del mal, la libertad interior de un alma de oración.
A través de los dos últimos años de la vida de Edith Stein, filósofa judía convertida al catolicismo que se hizo carmelita, Le monde est en feu nos lleva al corazón de la lucha universal entre el bien y el mal. El género dramático permite poner en evidencia esta articulación de fuerzas, desplegando de una parte la vida interior de una monja de clausura, por otro lado, la secuencia de los acontecimientos históricos que conducen a Edith Stein a Auschwitz.
Así, como en una tragedia griega, Le monde est en feu percibe el choque de fuerzas externas implacables y la tensión interna propia de cada personaje. Pero la comparación con la tragedia griega se detiene en este punto: si Edith al fin muere, no es a causa del destino, porque, más allá de las apariencias, ella accede a una libertad plena en este yugo opresor. Durante esas jornadas, mientras el lazo se estrecha alrededor de los protagonistas, Edith, desde su convento, emprende el camino de la libertad.
El espectador descubre la fuerza de un alma de oración, no replegada sobre sí misma, sino profundamente abierta a la vida, un alma que escapa a quienes pusieron las manos sobre ella, dándose cada día a su Dios; ante nuestros ojos, una mujer ejerce plenamente su libertad ofreciendo su vida por los suyos, lo que impide a sus verdugos apoderarse totalmente de ella.
El poder de la oración, el despliegue del espíritu que anima y re-anima a la humanidad, en el momento en que esta acepta dejarle pleno espacio, ese es el tema del drama.
TEXTO de Juliane Stern
PUESTA EN ESCENA de Céline Barbarin
(nueva creación de 2014)
Con Céline Barbarin,
Marie-Cécile Dumanoir,
Lorenzo Charoy,
Virginie Dupressoir,
Aymeric Pol.
14, 15 mayo 2014, 20h30,
Théâtre de Ménilmontant, PARIS
7 al 27 julio 2014, 21h00,
Chapelle des Italiens,
Festival Off, AVIGNON
Fuente:web de la obra
http://elmed.io/la-peor-matanza-de-cristianos-en-siria-ignorada/
http://www.lavanguardia.com/internacional/20130923/54389870865/pakistan-conmocionado-matanza-cristianos.html
http://www.diarioya.es/content/brutal-matanza-de-cristianos-en-nigeria
http://www.protestantedigital.com/ES/Internacional/articulo/16941/Continua-la-matanza-de-cristianos-en-aldeas-de
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Me ha llamado la atención la autora de la puesta en escena. El apellido me resuena. Tuve ocasión de conocer al cardenal Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon, de visita en Madrid con ocasión del un viaje del Papa Benedicto: Tiene una hermana monja en el monasterio Notre Dame de la Gloire-Dieu en Monts Voirons, creo que se llaman Hermanas de Belén, de la Asunción de la Virgen y de San Bruno. Bueno… a lo mejor esta Céline no es familia y sólo coincide en el apellido, pero no cabe duda que hasta en el nombre hay una resonancia carmelita y de hermana de carmelita universal.
Por lo demás… aunque no tenga una relación directa con la celebración del V Centenario… mi recuerdo del holocausto y de otros holocaustos silenciosos de nuestros días… no hace falta ir muy atrás en el tiempo para encontrarse con el horror…
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La directora tiene un blog: http://celinebarbarin.wordpress.com/
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Vaya. Gracias. Siempre tan detallista.
bonne occasion pour practiquer le français
presque oublié du temps du lycée…
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Recordar a Edith Stein la víspera del Día del Holocausto (Yom HaShoah) es hacer presente a infinidad de personas que sufrieron como ella, la barbarie de la que puede ser capaz un ser humano.
La vida de Edith constituye toda una fuente luminosa de amor, que brota de su propia entrega a Dios, todo misericordia que, aún en medio de la noche tenebrosa de mal y muerte, hace renacer a la vida y al gozo pleno.
Gracias, Mª José por hacerte eco de acontecimientos que enriquecen nuestra vida.
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Gracias, Paqui, por tu comentario, y por recordarnos esa conmemoración que se celebra mañana, y que no deberíamos olvidar nunca. Junto a Edith, muchos seres humanos fueron capaces de hacer, de la barbarie, ocasión para vivir el heroismo extremo.
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