Teresa junto a la muralla

Forma ya parte de la imagen de Ávila que nos llevamos en la retina después de pasear por sus calles. Junto a la puerta del Álcázar, a los pies de la monumental muralla, surge la blanca figura de Teresa de Jesús, pluma en mano y mirada a lo alto.

 El autor

El escultor de esta pieza es Juan Luis Vassallo Parodi, nacido en Cádiz en 1908, hijo del pintor Eduardo Vassallo Dorronsoro. Ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en la que estudia desde 1931 hasta 1934, año en el que comenzó a ejercer la docencia. Primero en la Escuela de Artes y Oficios de Ávila (1934-1936), más tarde en Sevilla y finalmente en Madrid, como catedrático de modelado en la Escuela de San Fernando. Compaginó la enseñanza, formando a un gran número de discípulos, con la creación de importantes obras escultóricas.

 La historia

La escultura tiene una larga historia, y una prehistoria, que se podría remontar al año 1965, en que se realizaron obras en la plaza de Santa Teresa, para construir un aparcamiento subterráneo. El «Monumento de las Grandezas de Ávila», que remata en la figura neoclásica de la Santa, fue desmontado y retirado por ese motivo. La ciudad se plantea ya entonces otorgar a Teresa de Jesús un monumento digno de su importancia y del cariño que los abulenses le tributan.

A finales de 1970, el Ayuntamiento convocó un concurso de proyectos para la creación de un monumento a Santa Teresa. El escultor gaditano Juan Luis Vassallo fue el ganador del mismo. Junto a él, colaboraron en el proyecto los arquitectos Diego Vega y José Manuel Vassallo, hijo del artista.

Sin embargo, la realización de la obra se retrasó durante varios años. En ese tiempo, hubo una serie de polémicas entre quienes defendían la ejecución de la obra premiada y quienes deseaban una escultura en el centro de la plaza.

Finalmente, se llevó a cabo el proyecto de Vassallo, y el grupo escultórico sería inaugurado oficialmente por Juan Pablo II en su visita a la ciudad de Ávila, con motivo de la clausura del IV Centenario de la muerte de Santa Teresa, el 1 de noviembre de 1982.

 La obra

El monumento está concebido como un homenaje al quehacer literario de la Santa. La hermosa estatua de Teresa, esculpida en un solo bloque de piedra blanca de veinte toneladas, y dos metros de altura, la representa escribiendo, con la pluma sobre el libro. Se enlaza con un grupo escultórico de ángeles, en clara alusión al valor espiritual de la obra de la escritora abulense. Ambos bloques aparecen unidos por una estela de piedra, en la que se halla grabada, en rasgos caligráficos teresianos, la siguiente frase de su obra cumbre: «que poderoso es el Señor de enriquecer las almas por muchos caminos y llegarlas a estas moradas» (5M, 3, 4).

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